21 marzo 2011

Lenguajes

Qué sublime tu mirada cuando te encuentro
en aquellos momentos breves
en que mis ojos te entienden a su modo.

Qué cálido espacio en el que con tu mundo
habitas el mío y te adhieres a mi memoria
para las posteriores horas.

Qué grata melodía definen tus labios
en la partitura de las noches,
con notas y silencios exactos.

Qué agridulce esta añoranza de ti.

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