21 julio 2009

Hoja de mi cuerpo


¿Qué hay en esta hoja de mi cuerpo
más que blancos espacios?
Vaya monotonía tan pronta a caducar,
a hacerse barco de papel hundido.
Cuerpo deshecho implacablemente
y sin permiso, sin número de página
ni encabezado, ni con una imagen que recordar.

¿Qué hay en esta hoja de mi cuerpo
más que olvido y cansancio?

De pronto


De pronto, cada centímetro del suelo
se vuelve tierra de espinas
y es imposible no clavárselas
cuando por más que se quiere
no se puede volar.
Hay tanta sangre en la piel
y nada logra cicatrizar.
¿Cuándo y dónde está
el final o el remedio?
De pronto, la vida es una pena
y da pena vivirla, se hace enorme
y llana, con sueños endebles
y con llantos así de grandes
y sin consuelo.
Ya nadie se queda a amar
o a tocarse siquiera el corazón,
y cuando amo,
de pronto nadie se acerca.

Invocación adolescente


Muerte ven a mí, ayúdame a exprimir la sangre que me hierve... tú que seguramente sabes todo sobre el principio y el final, róbame el espíritu, desgaja la piel que cubre mis huesos. Que no quede nada de mí. Muerte, acércate un poco, sé mi ángel de la guarda, mi fortaleza, el coraje que construya los caminos a elegir. Hiéreme de pensarte. Quiero llorar de tanta vida, tanta vida que no ha valido, tanto tiempo que no me supo a nada... espacio desperdiciadamente ocupado. Así como una mancha, como una puerta cerrada, así se ve lo que tanto presumen es el mañana. mas estos ojos que tengo en el rostro se cierran ya, desdichados... desdichados. Muerte, coquetea con mis manos, guíñame la expresión que no puedo verte, aquí estoy vulnerable, dándome a ti como un trofeo. Te ofrendo el cansancio, el hastío, la apatía, el dolor, los llantos escurridos y los que el orgullo sumergió en mi pecho. Tengo para ti todo lo que he sido. Hazme un lugar en tu “vida”, muerte. Ven a sentarte aquí.

17 julio 2009

Omnipresencia

Al poco tiempo volveré
sin angustias
ni risas;
lejos de lo que fueron
mi habitación
y mi camino.

Volveré ajena,
fuera de mí,
en cada cuerpo,
en cada herida,
en cada paso que
tropiece.

Nadie lo sabrá
pero volveré.
Y acaso
en el espejo
vierta mi ausencia
y nadie lo note.

Pero al poco tiempo
me tendrán
Ssn saber que
me tienen.

Callen, que
estoy aquí.
Suspiren
mi adiós, que
con él volveré.

Mutilados


El mundo sigue siendo mío,
y como dueña lo llevo a la noche
y desnudo a los hombres de sus palabras.
He cortado sus manos
y destrozado sus oídos.

¿Qué se dirán con las miradas
que se han querido tanto?

Humedad


No quieren cerrarse las piernas, muestran su escurridizo paisaje y aflora entre ellas el deseo de un día de lluvia. La ilusión selvática no cesa. A alguien se espera, a alguien se ignora, pero la invitación está ahí. La puerta abierta, las ventanas cerradas, la exaltación del secreto. Pronto podría haber un visitante, o dos, o decenas, y a nadie se discriminaría ahora. Las piernas no se cansan de gritar. Siguen ahí, pendientes de la llegada repentina. El rocío comienza ya a salpicar veredas y la brisa deja escapar algún aroma delicado de sal. Sean bienvenidos, sean complacidos, que la puerta sólo espera un delicado roce para poder cerrarse y descansar.

16 julio 2009

Puedo mentir tan bien


Puedo mentir tan bien
y tú no te darías cuenta.
Por eso cuando digo "te amo"
sonríes y me abrazas,
pero yo por dentro río
porque no te amo.


Yo no busco amar,
yo sólo quiero un vaso de leche caliente
y alguien que me arrope antes de dormir.
Miento cuando hablo
y nadie se percata de ello.


Me da asco su ingenuidad,
que no puedan ver más allá
de lo que creen ver.


Y siempre hay algo más.
Yo necesito ternura.
Por eso no te amo y te lo digo.
Y a cambio quieres que te proteja.


Yo no sé dar amor.
Soy un cachorro herido, huérfano.
Miento para encontrar lo que necesito.
La gente me hace reír
con sus estupideces.


Nadie tiene un vaso de leche para mí.
Pero buscan que les diga "te amo".
Pues te amo, entonces;
te lo digo y muero de risa
porque lo crees.


Eres tan infantil como los demás
que siento pena
y entonces me decido a confesarte
que me da asco tu ridícula bondad.

12 julio 2009

Al viento


Si tan sólo encontrara
un motivo para evitarte
como tema y sueño...
eres un detalle a la mujer.
Aún no te he robado al mundo
para volverte a mí.
Mira los lagos que han de guardar
mi próxima tristeza.


Habrá que enumerar tus sonidos
y tus gestos y entonces
morir de amor.
Qué dolor más grande y hermoso
que estar pidiéndote al viento.

Por amistad


Necesito que me mates, amigo,
que me quemes vivo con tu voz.
Necesito que me tomes
de los brazos y sacudas
mi polvoriento cuerpo.


Necesito que me digas que no sirvo para nada.
Di mi nombre al mundo, amigo,
di mis miedos y mi asqueroso vocabulario.
Di todo lo que yo no pude
y sacude mi cuerpo polvoriento.


Vamos, amigo, hazlo por mí.
Te lo pido, amigo, hazlo por mí.
El coraje que tengo no me da para más.
Estoy jodidamente cansado para hacerlo.
Por eso, amigo, golpea mi ser,
si en verdad me quieres;
escupe lo que queda de mí.


Hazme un favor y mátame,
aniquílame y deja de sonreír.
Yo sólo necesito que acabes conmigo,
que me mates y estaré bien.

Sadominable


Lacérame la piel con tus caricias
en los tiempos que nos quedan,
en los espacios necesarios;
hagamos miles de amores,
pues es justo ya el amanecer.
Aquí en mi pecho nacerá tu nuevo suspiro
y en mi vientre verá su esplendor.
Mi risa atolondrada, las ventanas indiferentes,
tus ojos abiertos y atentos a la oscuridad,
todo y nada cabrá en el pensamiento
haciendo historia.
Mis poros, mira, te dejan brotar
y te absorben de nuevo una y otra vez.
Vamos, tócame el alma
y dime qué sientes en ti,
qué escuchas.


Saboréame los labios hasta exprimir
pequeñas lágrimas y sudores.
No hay huellas, somos nuevos y los mismos;
tu cuerpo y mi cuerpo son prendas exclusivas
a la medida de tu instinto y de mi instinto.
A detalles, centímetro a centímetro,
el código del triunfo existe más allá de lo que
el mundo tiene como amor común.

Paranoide


Uno, dos, tres, despacio, lento, hoyo negro, estrellas fugaces, máscaras, niños y ancianos, origen y destino, primeros pasos, últimas escalas, un árbol, dicha de pocos, una patria, desgracia de muchos, horizontes, límites, canciones de amor, réquiem continuo, historia, memoria, escoria, movimiento de traslación, tiempo; uno, dos, tres, cuenta regresiva, numérica, avance en retroceso, apariencia, carne conservada a la intemperie, smog, ruido, ausencias, compañías incidentales, ida y vuelta, camino efímero, aprisa, despacio, lento, un cielo que nadie mira, que todos ven, que nadie mira, suelo maldecido, que pocos bendicen, piernas, brazos, cuerpos, sombras, luces artificiales, corazón escondido, latidos; uno, dos, tres, sangre robada, cuevas, cuervos, aves de rapiña, ruiseñor en batalla, el viento que empuja, el sol que deslumbra, flor en botón, paisaje, mural, valle gris, desencantado, del inframundo, infierno opcional, dios confundido, rezos sin eco, besos, caricias, orgasmos, lento, despacio, sin prisa, una boda, un bautizo, un sepelio, lágrimas que mojan, lágrimas que arden, ojos, labios, curvas femeninas, penes erguidos, roces, fantasía, encuentro desentendido, se vienen y se van, sin nombre, ni apellido, ni teléfono, ni hogar, la calle, abandono, limosnas, cerebro intoxicado, irrealidad, surrealismo, hiperrealismo, sueño, pesadilla, la vida, el reloj; uno, dos, tres, segundos, moneda invaluable, casas de cambio, casas de citas, casa hogar, de cuna, de retiro, retirada de tropas, asesinatos, tierras malditas, ambición sacudida, ausencias, madre sin hijo, hijo sin madre, caos total, un planeta, tierra, destino predestinado, despacio, lento, seguro.

04 julio 2009

La realidad es una herida


Lleva tiempo sentir la realidad. Es un duelo, como cuando se siente la muerte cercana. Es un proceso similar a un tropiezo en un terreno lleno de piedras e insectos raros.
Se hace una herida que sangra y ésta se vuelve una costra y deja ver el recuerdo de aquella caída. Ambiente recreado, lágrimas de pena.
Ahora eres eso: la costra de mi vida y al mirarla flota la tentación de arrancarla, corriendo el riesgo de mirar lo que hay debajo. Y tener que esperar de nuevo la sutura natural. El proceso de olvido.
Y después de costra serás cicatriz, marca, huella, tatuaje, imagen indeleble. Irás conmigo sin estar aquí. Será siempre de ese modo. Yo padeciendo la molestia y la memoria, y tú, persistente, inconsciente, travieso como un niño, como el gusano en la manzana.
Qué agonía. Aún no te vas o quizá te fuiste a medias.

Miércoles


Despunta un día más. Aún tengo sueño y lucho contra mis párpados amedrentados ante la luz que hurga por la ventana. Toda vez que conduzco mis manos hacia el despertador, me doy cuenta del poco tiempo que resta para añorar la noche.
Con la intención firme de sonreír e imaginar, desafío a quien se me presenta frente al espejo con su aspecto desconcertado y desolador ylimpio los retazos de sueño que me quedan en los ojos. Se ha colapsado el momento en una dialéctica estúpida, que sólo marea los todavía sentidos adormilados. Y perdida la noción de espacio y equilibrio, me nivelo la sangre cuando contengo la respiración, después hay una una carcajada forzada y ejercicios matutinos.


La luz desprendo poco a poco de mi piel y la dejo seguir su veloz recorrido, en silencio, a la vista de todos e impalpable. El ruido externo de cada día atestigua la aparición próxima de la tarde con su respectiva nostalgia entre la lluvia. Y yo espero paciente el momento en que una lágrima ha de brotar de mis ojos, que miran un punto lejano sin contamplar más nada que lo no presente, lo jamás admirado, lo ausentemente agridulce, aquello que aún en su invisibilidad se percibe como si fuera parte de uno mismo.


Ése es el tono de esta mitad de semana, cuando la gente cruza los dedos o mira el cielo, según su fe. Y yo todavía no alcanzo a entender mi presente. Hace tiempo que la misma escena se repite, pero al aparecer el velo moteado de estrellas, todo muere menos esa oscuridad que seduce; permanece la emoción de ver reptar la sombra de algún amante bajo los rayos selenitas que brotan tras la ventana.

Sumergida en el silencio de las hojas


Ésta es una tarde gris, en donde nada ocurre,
en donde sólo el llanto seco del alma se deja ver
apenas por encima de las ropas.
Tiembla el cuerpo y queda la pena de seguir
con el intento de olvidar que todo duele,
que todo se vuelve una herida de fuego.
Ese cuerpo es el que muere y se deja olvidar.
Y apenas unas gotas escurren tímidas del cielo.
Háblame desde la nada, grita lo que nunca he
de escuchar de los demás, pide que el viento
me lleve a ti y entonces estaré camino a casa.
Es mi corazón el que exige, y cuánto me pesa
cargarle la soledad a cuestas y darle de beber
sólo un poquito de mis sueños.
Sólo un poco de ellos.
Escondida bajo el mundo, bajo cada piedra
que encuentro, refugio lo que va quedando de mí.
Pero sigo pensando que el cielo algún día
se cansará de llover y me hará volar entre
sus largos brazos. Con la mirada decidida...
y tu mirada me busca escondiéndose,
mientras yo te busco mostrándome,
con el amor en los labios. Después de todo
ocurre que, sumergida en el silencio de las hojas,
paso el tiempo pensando en que algún día
habré de estar descansando mi cuerpo junto a ti.

03 julio 2009

Nicte


Es la noche,
la incansable noche,
la noche incesante,
insolente,
indómita,
la noche que a nadie olvida,
la noche de fiesta,
la noche sin luna,
la doliente noche,
que se queja de estrellas
y vuelve a decirse,
la noche.
Es ella,
tan digna,
orgullosa velada,
tímida de silencios,
una gran noche,
de gala,
sin lamentos,
es la noche de todos,
que nadie reclama,
que nadie comenta;
la noche mía entonces,
doliente,
cansada,
soñada,
vivida,
valiente,
vacía de ti,
la noche en que no estás.

Cambio de piel


Esta mañana abrí los ojos y me di cuenta de que no era yo.
La soledad y el silencio transformaron mi espíritu durante la noche
hasta hacerme como hoy he despertado.
Entonces el mundo estaba ahí, frente a mis pupilas,
y un suspiro amenazante se convirtió en grito.

01 julio 2009

Lluvia


Escucha la lluvia. Dode estés, escucha cómo se cubre el suelo de humedad y piensa que detrás de esa cortina te espero. Es un sonido que arrulla la mente, en plena madrugada de lunes. Deberías escribir mi nombre en un cuento o ensayar un compás con tu boca para cuando vuelvas. ¿Volverás?


[SILENCIO]


Me alegro de tenerte lejos, de sentir la duda, de esperar, porque así me inspiras y haces un muro para el olvido. Escucha la lluvia. ¿Has contado las gotas? Cuán delgado es ese velo y yo tan dispuesta y tú tan perdido.


[SILENCIO]


Entre sueños es seguro que aparezco y tiro de tu camisa para hacerte rabiar. Sólo dame gusto una sola vez. Ese ritmo hipnotiza, hay un discurso de la lluvia, un diálogo entre el suelo y las nubes.. Y entre ellos camino yo.


[SILENCIO]


Corre esa cortina y desnúdame. Quizás aquella copa no esté vacía. Brindemos, pues, de nuevo por la causa.


[SILENCIO]


Es tan de mañana y tengo hambre y sueño, pero me asustas los sentidos y no voy a dormir. Te escribo: que te extraño, que llueve... Y ojalá sepas leer mis pensamientos, porque ahora te diré algo más...

Desde entonces


Pero quién tocó tus ojos y sedujo tu atención.
Qué ángel vino a despertarnos de la magia...
Sin aviso, así, el mundo cayó sobre mí
y heló mis huesos.


Desde entonces lloro tu amor confundido.

Lejanía


El día y la noche se confunden.
No hay luz,
no hay paz,
no hay nada.


Y en la ausencia de tu amor
vino la lluvia
y mis manos no pudieron alcanzarte.

No te quedes quieta, sombra


No te quedes quieta, sombra, no te muevas por los rincones callada, si contarme lo que te ocurre. Yo sé que estás siempre escondida esperando mi pregunta, pero ante mi sonrisa re escondes. Te he oído llorar mis soledades como fiel amiga y sutil confesor, te he sentido añorar ese algo que ni tú ni yo conocemos.


Acércate sin temor, un poco. Espero impaciente lo que nunca por nadie he dibujado en sueños: el abrazo inalcanzablemente cálido que se transfroma en código musical. Mira a tu alrededor y verás que mi soledad te reclama, busco tu consuelo al esperar. Y nadie me cree cuando digo que no pertenezco. Que no pertenezco.


Espero, sombra, llorar un instante contigo el amor al que me recuerdas, en este espacio, aunque sólo una sonrisa no diga nada. Nunca antes pude hacer en imágenes la fe, hasta hoy. Siento que por tu presencia tímida estoy más cerca de la paz, como si hubiera nacido al oírlo. También tú lo echas de menos y tan fácil que es encontrarme en todos lados.


Ciertas cosas te delatan. Y así también, callada, inhóspita y cubierta de melancolía, puedo pasar las noches con palabras y no diría jamás un adiós, si todo en mi vida se traduce a su persona. Todo empieza y termina en su imagen, en las cosas simples que me hizo amar.


Por ti, amiga inseparable, resisto este tiempo doloroso de insomnios; y para él es que preciso sentir tu compañía, pues sólo tú le harías llegar la eternidad de mi devoción hasta su piel.