09 diciembre 2010

Último vals



Los años se han encargado
de acabar con los secretos
de tu alcoba y de mi pantalón,
y hasta ahora sólo quedan
los pellejos del cansancio,
del desamor que merendamos
cada noche;
los retablos del día más
absurdo:
que eras la pureza hecha mujer,
que yo era el respeto con traje de fiesta,
que el amor de nuestras ganas
habría de trascender.

... Odio decir que es amor,
pero no es costumbre.

Hablo de la nostalgia,
de mi nostalgia,
de lo más vivo y cercano
que tengo de mi tiempo.
Eres tú
el recuerdo a la mano
que no me aburre
y que no me canso de tocar,
aunque sepa de memoria
los caminos de tu cuerpo,
obstruídos ya con nuevos pliegues.

Y tus manos.
Esas manos sin sangre, fuertes,
femeninas y dueñas del arte
de alimentar mi disfuncional estómago,
Tal vez sea esta sensación de sueño
lo que queda de nosotros.
Después de todo
no hay nada nuevo por decubrir.
Sólo quedan palabras
y cosas y cuerpos
por enterrar...
Enterrémonos.

28 noviembre 2010

¿Y qué si...? / Emilie Autumn


Aquí estás sentado en tu silla de respaldo alto.
Me pregunto cómo es la vista desde ahí.
No podría saberlo porque me gusta sentarme
en el suelo, sí, en el suelo.


Si quieres podríamos jugar un juego.
Finjamos que somos lo mismo,
pero vas a tener que mirar mucho más cerca
de lo que lo haces, más cerca de lo que lo haces.


Y estoy demasiado cansada para quedarme aquí más tiempo.
Y de todas formas no me importa lo que piensas
porque creo que estabas equivocado sobre mí.
Sí, ¿y qué si fueras, y qué si fueras?


¿Y qué si soy una tormenta de nieve quemándose?
¿Qué si soy un mundo desenvolviéndose?
¿Qué si soy un océano demasiado bajo, demasiado profundo?
¿Qué si soy el demonio más amable?
Algo en lo que tal vez no creas
¿Qué si soy una sirena cantando para que los caballeros se duerman?


Sé que ya lo descifraste.
Dime todo lo que soy,
y quizás aprenda una o dos cosas,
cientas acerca de ti, tal vez acerca de ti.


Soy el fin de tu telescopio,
no cambio sólo para ajustarme a tu visión
porque estoy atada por una cuerda desgastada
alrededor de mis manos, atada alrededor de mis manos.


Y cierras los ojos cuando digo que me estoy liberando.
Y pones tus manos en tus oídos
porque no puedes soportar que yo no sea
la chica perfecta que pensabas.
Bueno, ¿qué tengo qué perder?


¿Y qué si soy un sauce llorón
riendo lágrimas sobre mi almohada?
¿Qué si soy una sociable que quiere estar sola?
¿Qué si soy un leopardo sin dientes?
¿Qué si soy un pastor sin ovejas?
¿Qué si soy un ángel sin alas para volar a casa?


No me conoces,
nunca lo harás, nunca lo harás.
Estoy fuera del marco de tu imagen
y el vidrio se está rompiendo ahora.


No puedes verme,
nunca lo harás, nunca lo harás.
Sí, nunca vas a ver...


¿Qué si soy un desierto hiperpoblado?
Demasiado dolor con un poco de placer.
¿Qué si soy el lugar más bonito al que nunca quisiste ir?
¿Qué si no sé quién soy?
¿Acaso eso va a detener nuestros intentos
de descubrirlo?
Si lo haces, por favor déjamelo saber.


¿Y qué si soy una tormenta de nieve quemándose?
¿Qué si soy un mundo desenvolviendose?
¿Qué si soy un océano demasiado bajo, demasiado profundo?
¿Qué si soy el demonio más amable?
Algo en lo que tal vez no creas...


¿Qué si soy una sirena cantando para que los caballeros se duerman?
Duerman...
Duerman...

24 noviembre 2010

Ella



Te tiene y me recuerda,
te besa y me maldice,
te vive,
te llora,
y yo estoy ahí.

Cada vez que te llama
me vuelvo tu nombre,
la sigue mi recuerdo,
la opaca mi existencia,
pareciera que nunca me fui.

Le peso tanto,
se siente poco,
así sucede.

La cela que duermas y sueñes,
o sólo que sueñes,
la mata la duda y la hago llorar.

Te tiene y me recuerda,
te besa y me maldice,
te vive...

Imagen de ti



Dentro de tu casa,
en una esquina,
bajo un témpano de hielo,
tras la puerta del abandono,
en el techo de aquella iglesia
(sin rezos ni Cristo),
a la sombra de un extraño,
entre maldiciones y silogismos,
bajo lluvia ácida,
sobre hierro encendido,
envuelto en su veneno,
dentro de un periódico gastado,
tras el camino de putas, 
colgando de un árbol,
en el asco matutino,
fuera del mundo,
cerca del diablo
(que todo lo mira),
delante de Dios
(que todo lo supo).

Allí te dejo, allí estarás.
Entonces
en la distancia te contemplo

muerto en vida,
callado,
solo,
hecho polvo,
llorando,
con mirada perdida,
mutilado,
vacío,
sin lengua ni dientes,
temblando,
torpe,
desnudo,
calvo,
con la piel escamosa de tu espalda,
desollado de piernas y brazos,
tosiendo,
con hambre y con sed,
víctima del miedo,
presa,
cansado,
escupiendo hormigas,
sudando escorpiones,
herido,
sangrando,
seco y jadeante,
flaco,
sordo,
podrido,
rascándote por la comezón insoportable,
asqueado,
triste,
desesperanzado,
ezquisofrénico,
fóbico,
burdo,
con las uñas explotando pus,
indeseable,
maldito
(mil veces),
olvidado,
arrepentido,
allí te dejo,

arrepentido,
arrepentido,
arrepentido,

arrepentido y deseando morir.

07 noviembre 2010

Como si te amara


Me permito llorar una ceniza
para hacerme ligera,
sacarte un poco, un tiempo,
que dejes de dolerme 
tan extrañamente.


Parece como si te amara.


Eres como un pasatiempo
que insoportablemente
me aburre y, sin embargo,
te persisto.


Aquí te quiero,
sacrificando mis tiempos,
encerrado en canciones.


Grita que quieres irte
o llegar... yo aquí estoy
devolviéndote a ti,
ceniza a ceniza,
escurriendo de mis ojos.


Me pesas como un amor
                                     ... pero no te amo.

02 noviembre 2010

Comensal


Tengo ganas de morderte un labio
y saciar mi sed con tu saliva.

No sentarme a la mesa,
prescindir de cubiertos,
reposar en tus brazos...

de postre, tus sueños.

Eres un banquete de diosas. 
Te invito a comer.

Hacer el recuerdo


Ahora sí te haría el amor.
Y te haría volar
y te haría llorar después,
hasta dejarte seco,
sediento,


con apenas
un suspiro.


Desnudos a las sombras
nos aprenderíamos al tacto,
pero también al olfato
y al gusto.


Y sería un gusto
hacerte el amor
deshaciendo las formas.


Habrá que rezarte,
                  buscarte,
                     hallarte.


... Ahora que quisiera
hacerte el amor,
sólo puedo hacerte el recuerdo,
pero te hago volar
y te hago llorar después.


Y vuelo y lloro contigo.
Le hago el amor al recuerdo.

31 octubre 2010

Melancólica perspectiva


¿Por qué echo de menos
tu breve compañía,
si ahora tengo
tus ausencias prolongadas?

Petición nocturna


Paradójicamente,
                                  me gustaría que el tiempo
                                  dejara de existir siquiera




por un par de horas,
                                  como palabra
                                  y como límite de mi vida. 
       

Persistencia


Siempre es igual... la soledad tan sumisa
y rencorosa,
con un temor de entregar el fastidio
y colgar los llantos en la ventana.


Del otro lado,
tanta gente que me espera
o que sencillamente no me sabe aún.


A punto de poder decir tu nombre,
otros labios me arrancan el aliento.


Y a pesar de que el tiempo no perdone,
estaré hasta que el cansancio
venza mis esperanzas.

Libre comunión


Me gusta cómo me tocas, cómo recorres mi piel, casi temiendo que me vaya.
Me gusta que me pidas cariño y protección, verte indefenso, tendido sobre mis piernas.
Me gusta ver que no te has ido, que aún me besas.
Me gusta que me atrapes entre tus brazos.
Me gusta cuando hablas de la pasión y de la vida y de nosotros.
Me gusta pensar que me necesitas.
Me gusta verte tierno y sincero, que no te aparta del mundo una máscara.
Me gusta que te importe mi libertad, mi vida.
Me gusta ver que no te has ido, que sigues hablando.
Me gusta saber que estás herido para poder sanarte.
Me gusta tu soledad, pues me recuerda que yo estoy sola.
Me gusta que después de un largo encuentro nos hayamos olvidado y seamos como antes.
Me gusta volver a empezar y sentir emoción de tus manos en mí.
Me gusta tu imposible.
Me gusta entender que puede ser más sin que llegue a ser nada, excepto una compañía clandestina.
Me gusta verte partir, darme cuenta que ya pasó.
Me gusta recordarte con las mismas ganas que tengo de estar contigo de nuevo.

13 octubre 2010

Fue sólo que el destino...


Nadie lo pidió, nadie estuvo para desearlo,
fue sólo que el destino se hizo tal
y sin preguntar nos arrojó a una historia.


Y esa historia quedó tendida en la banqueta,
entre pasos insistentes y ladridos de perro,
cubierta por fechas discontinuas y letras de fondo.


No se entiende el abismo de su pensamiento
ni es posible comprender sus risas,
mucho menos ignorar el temblor de su sueño.


Y no hace falta decir más,
no hace falta saber menos
con tanta obviedad.


El destino juega a quitarnos los zapatos,
a ponernos sobre el fuego,
se entretiene con laberintos sentimentales,
tira del hilo y repasa memorias.


Esa historia queda tendida sobre una cama gris
y pide silencio para no despertar,
pues al abrir los ojos es seguro
que las nubes no dejen entibiar el corazón.

Fácil


Podría escapar y desde lejos lanzar un grito de despojo,
pero la miserable esencia de tu paso absorbe mis entrañas
y me encaja a tu costilla.
Y ahí me puedes, me transformas, me haces.

Débil, sumisa, fácil.

Una vez en tu mirada y ya soy otra;
una vez entre tus labios y dejo de ser,
así me complace que me olvides,
que me ignores,
que me apartes,
así es como saco fuerzas para seguir y desearte.

Entonces mi palabra te regresa,
te retiene,
el espacio se torna insoportablemente caprichoso
y la guerra de tu vida se mezcla
con la paz de mi esperanza,
y somos fuego y somos aire.

Luego te escapas en silencios matutinos
y aunque a gritos te llamo, no respondes,
te vas de nuevo.

03 agosto 2010

De imágenes y tiempos verbales


Mírame aquí. En el fondo soy un reclamo justificado y sin comprensión,
la esperanza breve y obstinada por encontrar un eco en tu sonrisa
o tan sólo una palabra de complicidad y entendimiento.

Intento ser ese huracán que escandaliza, que rompe olas a tu paso,
y me esfuerzo por hacerte recordar y venir
y luchar en la marea de mi inconsciente.
¿No ves acaso que podríamos ser nuestro mutuo complemento?
Y sábete que para mí ya eres el gusto exacto
que desea paladear mi boca.

Muchas palabras te he llovido desde el cielo de mis emociones:
blanco y negro, adiós y bienvenida... 
pero entre tantas frases y verbos reiterados
sólo aclararé al final de cuentas que quiero hacerte mi presente continuo
sin pasado imperfecto. 

22 marzo 2010

Asesina


De pronto, la tierra se abrió
y tu imagen burlona
surgió entre las penumbras
como un demonio...
al lado, una vida que no conozco,
una sombra,
un semblante que se arrastra
cual serpiente hambrienta y nauseabunda.


Habría bastado un escape sigiloso
pero mis venas ardieron
y el sudor escurría de mi frente
y mis ojos se encendieron como fuego.


Quemé tus besos con otra boca
y castré tu imagen frente al mundo.
Castré tu imagen... y reí.


Ahora puedo hundirte
en el infierno a placer,
hacer que ardas en cenizas
de ecos extranjeros.


En este camino inconsciente,
no sabes lo fácil que fue
matarte.
Y te maté.

Pesadilla


Soy decadencia desde que te tuve entre mis brazos,
amándote en cada poro,
y estas manos no piden ya más que piedad para matarte.
En el fango me arrastro, se viene una nueva muerte,
quizá la definitiva...
Mientras intento seguir con todas mis fuerzas, sin volver atrás,
e imploro piedad a mi memoria.
Pero estas manos son fuertes, sin embargo,
y mi corazón no te odia más; ya te ha matado.

31 enero 2010

Orgullos


Por si fuera poco
te me estás volviendo costumbre.
Pero no te busco,
pero no te escondes.
Y así tan preocupada por el tiempo
me atormento de pensar y pensar.


                                     ¿A dónde vas sin mí?
                                     ¿En dónde me dejas?
                                     ¿Cuál espacio nos pertenece?
                                     Tú en una orilla,
                                     yo a media corriente,
                                     el viento que sopla y me
                                     vuelve atrás.

Pero no te pido ayuda
y te necesito,
pero no me dices nada
y te busco más.
Este juego de encuentros me agobia.

                                    Eres una novedad
                                    y yo tan clásica.
                                    ¡Qué maraña de nosotros
                                    se puede hacer!


30 enero 2010

Si



Si me miraras así,
si me miraras.
Amor, si tan sólo te dignaras
a saberme frente a ti,
dispuesta,
abandonada.
Ganarías tanto de mí:
un corazón, una vida,
las palabras que aún no encuentran
espacio entre la luz.


Si a tu paso te volvieras...


Mi camino te encuentra,
te persiste,
te presiente.
Mi camino te resguarda
en un vago silencio,
y añoro una mirada,
tan sólo una mirada
pues, amor,
si me escucharas
junto a ti, como deseo,
partiría los mares y
te haría volar y
serías ave y yo viento.


Si tan sólo fueras como espero,
dulce mañana de trigos,
esperanza nueva y clara,
confianza nocturna de invierno,
si fueras tan sólo
una mirada al corazón,
reencarnaría.

Flirteo




En tus ojos
se mira el deseo,
quisieras tenerme,
deseas tocarme y
hacerme secreto.


Me sabes aquí,
provocándote como
una rutina y
al pasar te observo
con ojos y vientre.


¿Por qué te detienes?

07 enero 2010

Muñeco de trapo desteñido


La noche me ilumina las ideas y bebo una copa de vino,
desnuda frente a la ventana y dudando en contar las gotas
que apenas se deslizan por los critales.
No hay silencio ni ruido, es sólo un estado medio
que abre paso al llanto de la piel que se desgarra.

Las nubes pasan lentas, se dejan llorar la vida,
y sin prisa se marchan destilando humedad.
Cada poro se excita y hace frágil la mirada,
comienza el ruido lejano, el bullicio nocturno;
la luna no aparece, sin embargo.

La copa de vino resbala de mi mano, me rodea los pies
-también desnudos-
de pequeñas esquirlas que con sutil temblor encajo en ellos.
Detrás de la ventana sólo está la noche,
los rezagos de la vieja tormenta,
los desechos del mundo adormilado, agonizante,
las capas de ausencia, todo inerte;
mi cuerpo, de pie.

No hay testigos que presencien mi rostro humedecido
y hagan de él materia de voces;
está sólo la penumbra con su indecisa agonía,
el vino evaporado, la silueta huidiza de un gato...

La madrugada cava un hoyo y hace de la piel desnuda
un muñeco de trapo desteñido.

05 enero 2010

Es posible que no



Es posible que acaso
un día
los poros de mi piel
destilen el olvido,
se dejen de arrebatos
y sientan
tu calor.

Es posible que acaso
un día...
pero es posible
que no.

Diez deseos





Tengo ganas de que un día toques a mi puerta y me digas "vamos hoy de paseo".
Tengo ganas de discutir contigo por ver quién paga la cuenta de la comida, de celarte por mirar a otra.
Tengo ganas de correr de tu mano bajo la lluvia y tropezar en la humedad del suelo.
Tengo ganas de quejarme contigo por un cólico menstrual y acurrucar en ti mi vulnerabilidad de esos días.
Tengo ganas de que me repitas a gritos algo queno haya escuchado bien para luego responderte "no grites, no estoy sorda".
Tengo ganas de compartir un helado contigo, escucharte toser y entonces negarte el siguiente convidado.
Tengo ganas de pasar una noche cnotigo mirando estrellas, sólo mirando estrellas hasta oír que nuestros estómagos pidan una cena.
Tengo ganas de decirte "hola" y no despedirme jamás, llevarte conmigo a donde sea y como sea.
Tengo ganas de pelear porque apagues tu cigarrillo y hacerte enojar al tirarlo.
Tengo ganas de abrir los ojos cada día y poder descansar al ver que la almohada de al lado te mantiene junto a mí.

04 enero 2010

Y es cuando la náusea


Cuando despierto, pienso "qué fastidio".
Enciendo la radio y me dejo ser la inútil de siempre,
inservible mujer que en todo estorba porque en nada ayuda.
No quiero levantarme de la cama aunque mi espalda lo pida a dolor agudo,
y es cuando una insoportable náusea me enfría el sudor.
Qué fastidio es ser humano.
Qué fastidio.

Reposo


Sobre mí, escondido entre mis muslos, está el amante al pendiente de mis ojos que le hablan y lo invaden. Se atrinchera entre mis piernas para ocultarse del peligro del mundo porque en mí se siente feliz y a salvo. Sólo dentro de mí está en su hogar, consolado como un niño, mimado como un hombre, mirando siempre mis ojos que también saben callar.
El amante se queda quieto y respira fuerte su cansancio. No sabe besar, no me besa, pero se acurruca al lado mío como los gatos, urgando en mi cuello un calor natural que mi piel emana, muy cerca del lóbulo de la oreja a la que le ha dicho cosas.
Sobre mí, a plena luz de la oscuridad, deja de esconderse el amante, cuya pelea resistió digno de consagrarse, y entre mis piernas dejó la huella de su paso; y entre mis brazos, el sabor de la batalla ganada. Mi mirada en la penumbra sabe que está ahí cerca aunque no lo distinga; mis ojos le hablan aún de la necesidad de encontrarse en los suyos.
Y él comprende lo que quiero con tan sólo tomar mi mano. De nuevo sobre mí, escondido entre mis brazos, está el amante, descansando su cuerpo encima de mi piel, con su boca entreabierta y la respiración tranquila, refugiándose de todos y de mí en un sueño que durará hasta que mis labios le digan "amor".